DE TAMEIRÓN A JAPÓN…… ¡UNA OFERTA MISIONERA!


                El nuevo año, con sus sonrisas maquilladas para disimular la crisis, se disfraza de oferta.


Nos deseamos un nuevo año y mucha felicidad en el escaparate de los buenos deseos. Como si los sueños y la realidad nunca se encontraran. Los centros comerciales se empeñan con insistencia en regalarnos – o mejor en vendernos – soluciones rebajadas para este tiempo de crisis galopante.

Y, sin embargo, la realidad cotidiana sigue diciendo que hay familias que no llegan a fin de mes, ancianos que han abandonado el domicilio familiar lejos de los suyos, niños que cambian los fines de semana de familia, y que hay demasiada violencia agazapada en cualquier recodo de lo cotidiano.

Se han puesto demasiados valores a precio de saldo…. Rebajas de ternura, rebajas de humanidad, rebajas de escucha, de sueños, de caricias, rebajas de esperanza ¡Todo a mitad de precio!.


Y en el escaparate eclesial…un santo de Tameirón, de nombre Francisco, estudiante en el colegio de los PP Jesuitas de Monterrey y más tarde en Salamanca; un joven audaz que bajo el manto de la Virgen respondió a la llamada del Amigo. En medio de grandes dificultades, enfermedades, cambios de residencia…aquel joven franciscano se “embarca” hacia Oriente.

Una travesía llena de grandeza, ilusión y entrega generosa. Aquel puñado de “heraldos de la Buena Nueva” llegan al país del Sol naciente exprimiendo su vida para ser Evangelio vivo y semilla de libertad y amor.


Francisco Blanco no está de rebajas. Ojalá que viendo su ejemplo de entrega total, seamos capaces de desacelerar esta recesión de generosidad y vitalidad evangélica.

Por lo pronto, es posible. Y viendo al joven santo de Tameirón podríamos, tal vez, estrenar también un nuevo corazón, pero, ¡eso sí! sin rebajas en el compromiso misionero.